Arte poética y teoría literaria.
Reflexiones sobre la literatura, sus hacedores y los procesos de creación literaria.

febrero 18, 2015

La construcción literaria (I)

Todo escritor debe manejar con corrección tres disciplinas. No hay forma de escribir seriamente sin ellas. A saber: psicología, sociología e historia.
No se puede crear una obra literaria seria sin un manejo serio de estas tres disciplinas.
Psicología. Cuando se aprende a dibujar, el estudio de la anatomía comienza por el esqueleto. ¿Por qué si los huesos no se ven el dibujo final? ¿Por qué, entonces, para dibujar una mujer desnuda necesitamos aprender la estructura ósea? Porque los huesos dan la forma a la carne. Los huesos determinan, también, las sombras,los pliegues, todos los detalles que hacen que un cuerpo en el papel parezca vivo.
De la misma forma, no puede dibujarse un personaje sin conocer su conformación más íntima. No se puede, simplemente, crear un ser vivo sin entender la vida misma de ese ser.
Esto no implica que la obra deba contener todos los detalles de su psiquis. Salvo el caso de una novela psicológica, en la que se dará un detalle más o menos minucioso de estos elementos, no hace falta para el resto de la literatura dar cuenta de todo lo que ocurre, consciente o inconscientemente, dentro de la cabeza de los personajes.
Sí es esencial, sin embargo, que el autor los conozca. Se ha dicho una cantidad enorme de veces que para lograr una novela de cine páginas deberán escribir, como mínimo, unas mil. La psicología de los personajes funciona de una manera similar: para que la conducta de un personaje sea real el autor deberá conocer íntimamente sus motivaciones, sus deseos, sus sueños y anhelos, en definitiva, toda su psiquis de la forma más completa posible.
No es posible, sin un conocimiento completo de la psicología crear personajes que estén vivos. No hay forma. Es fundamental saber de psicología.
Ahora bien, no siempre las personas actuamos de acuerdo a nuestros deseos. Todo sistema ideológico funciona sobre reglas explícitas e implícitas. Todo sistema ideológico implica cuidar ciertas apariencias. No somos psiquis aisladas.
Sociología. Vivimos en grupo y todos los personajes forman grupos humanos que deben actuar según actúan los grupos humanos.
Casi nada podremos hacer con unos cinco, diez o veinte personajes muy bien logrados, cada cual con su psiquis si no entendemos cómo esas psiquis interactúan entre ellos. Este es el momento de resolver cómo los anhelos y sueños de cada personaje chocan con los de los demás personajes y con la estructura ideológica de la que son parte.
Es la física dentro del dibujo. Para dibujar una persona alcanzará con su anatomía. Peor para dibujar dos o más personas que están en contacto necesitaremos la física que determina como un cuerpo interactúa con el otro. Como un brazo crea una nueva sombra, o un pliegue o un hundimiento en la piel del otro dibujo.
Por último, la historia.
Está claro que no todos los textos literarios cargan una necesidad histórica visible. Cuentos o relatos breves podrían bien desarrollarse sin demasiada exactitud histórica. Una novela, en cambio, no puede prescindir de la historia.
Los grupos humanos y todas sus actividades han seguido un desarrollo histórico determinado por ciertas lógicas. Un escritor no puede ignorar esto. Debe saber cómo se desarrolla la historia. Cómo evolucionan los grupos, las conductas de acuerdo a una lógica que es inherente solo a la historia.
Así como la sociología nos delimita las psquis a partir de reglas y lógicas propias, la historia nos delimita a la sociología. los grupos humanos crecen y se desarrollan dentro de cierta lógica.

Un escritor debe manejar seriamente estas disciplinas. No basta la observación (que será la fuerza motora de todo lo anterior). Hay que poseer los conceptos y marcos teóricos en los que ajustar las observaciones. No basta con mirar a un hombre para saber cómo funciona, hay que tener los elementos para poder explicar ese funcionamiento.

De nuevo: nada de todo esto irá al papel. O a la imprenta. No sirve, es demasiado aburrido para darle al lector todo esto. El escritor lo tiene, lo usa, pero entrega al lector solo el resultado, las conclusiones. Es decir: la conducta de sus personajes.

Por último, no debe confundirse el fin de todo esto. No es esto ni una apología del positivismo histórico, ni de la sociología enfocada como biología ni nada parecido. Sea cual fuere el pensar del autor, deberá saber construir un personaje, o varios, y combinarlos, mezclarlos de tal forma que cada uno parezca vivo y todos juntos exploten al máximo sus potenciales conflictos y acuerdos.
Así se construirá un relato que tenga vida. El lector debe ver a los protagonistas caminando, moviéndose, conviviendo y luchando entre sí.
Si no, no importa cuántas páginas se hayan escrito, ninguna valdrá la pena ser leída.

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